Los fármacos antipsicóticos se clasifican en:
- Típicos o clásicos: son antagonistas dopaminérgicos D2 postsinápticos, aunque pueden reconocer también D3 y D4. Son efectivos sobre los síntomas positivos, pero tienen muchas RAM y a veces pueden darse casos refractarios (no responden al fármaco). Dentro de este grupo, se diferencian:
- Fenotiacinas: clorpromacina, trifluorpromacina, flufenazina, levomepromazina, perfenazina, pipotiazina, tioridazina, metopimazina, butaperazina, trifluoperazina y periciazina.
- Butirofenonas: haloperidol y droperidol.
- Difenilbutilpiperidinas: pimozida
- Tioxantenos: flupentixol, zuclopentixol, tiotixeno y clorprotixeno.
- Análogos de las fenotiacinas: loxapina y clotiapina.
- Atípicos: antagonistas dopaminérgicos D2, con efecto también sobre D3, D4 y 5-HT-2 postsinápticos. Son efectivos sobre los síntomas positivos y negativos y producen escasas RAM y de poca intensidad, pero pueden acutar sobre receptores catecolaminérgicos, muscarínicos e histaminérgicos. No presentan refractariedad. Existen:
- Ortopramidas: sulpirida, levosulpirida y tiaprida.
- Indoles: ziprasidona.
- Dibenzodiazepinas: clozanpina y olanzapina.
- Dibenzotiazepinas: quetiapina.
- Benzisoxazoles: risperidona.
- Aripiprazol.
Entre los efectos farmacológicos de los antipsicóticos están:
- Antipsicótico: consiste en la no aparición de síntomas positivos y/o negativos clásicos de la psicosis. Este efecto presenta un período de latencia de 2-3 semanas. Los síntomas positivos mejoran en primer lugar y los negativos posteriormenete, y en mayor medida si son secundarios a los positivos.
- Tranquilizante: es un efecto inmediato y consiste en la incapacidad de responder a estímulos externos de intensidad moderada y la indiferencia del sujeto por el medio. Se diferencia de la sedación en que el sujeto puede responder a estímulos cuando la intensidad de estos es importante. No producen somnolencia.
- Antiemético: es un efecto de todos los antipsicóticos, pero hay fármacos concretos para conseguir este efecto.
- Antihipo: para este efecto se usa haloperidol.
La pipotiazina, la flufenazina, la risperidona y el zuclopentixol son de liberación ultraprolongada, teniéndose que administrar una sola vez cada 4 semanas. El haloperidol se puede administrar en forma de gotas para facilitar su administración. La domperidona, la metoclopramida, la cleboprida, la alizaprida y la cisaprida son fármacos con acción antidopaminérgica D2, pero su efecto antipsicótico es muy leve y se usan como antieméticos.
Las indicaciones de los antipsicóticos son el tratamiento de las psicosis, destacando la esquizofrenia. También se pueden emplear en otros cuadros psiquiátricos como las estados maníacos y las crisis depresivas agudas e intensas. Se pueden usar en cuadros no psiquiátricos como el tratamiento del dolor neuropático y neoplásico (especialmente clorpromacina como coadyuvante analgésico), de síndromes extrapiramidales, inducción de anestesia (uso de droperidol como neuoleptoanestésico asociado a fentanilo), en el tratamiento de vómitos por hipertensión intracraneal, de tos maligna asociada a neoplasias (se usa clorpromacina) y de hipo intratable también asociado a neoplasias (se atenua con haloperidol).
Entre las RAM causadas por estos fármacos se encuentran:
- Alteraciones psíquicas: falta de afectividad, de creatividad y de espontaneidad, además de alteraciones del comportamiento.
- Alteraciones hormonales: se pueden producir incrementos en los niveles de prolactina (lo que da lugar a ginecomastia y galactorrea) y de ADH, y descensos en los niveles de GH; FSH y LH (lo que reduce la libido).
- Toxicidad aguda: caracterizada por taquicardia, arritmia ventricular, reacciones extrapiramidales (por sobredosificación), convulsiones (en epilépticos) y síndrome neuroléptico maligno en peronas predispuestas (el cual conlleva hipercatabolismo, catatonía, hipertermia y colapso cardiovascular).
- Toxicidad crónica: inicialmente se desarrolla una sedación y una somnolencia a la que en unos días se desarrolla tolerancia (mayor en el caso de la clorpromacina), y pueden aparecer reacciones extrapiramidales. Se suelen dar disquinesias tardías, sobre todo en sujetos de edad avanzada, y pueden ser irreversibles; la sulpirida y la clozapina tiene menor tendencia a producir este efecto indeseable. Las alteraciones hormonales también aparecen en el cuadro de toxicidad crónica y hay un aumneto de masa corporal (salvo con aripiprazol). También pueden aparecer fotosensibilidad (significativa con clorpromacina), fenómenos de hipersensibilidad, ictericia colestásica (sólo con clorpromacina, si aparece, se debe cambiar por otro fármaco que no se excrete por la bilis), retinopatía pigmentaria (consecuencia de la ictericia colestásica), teratogenicidad (con el haloperidol), pigmentaciones cutáneas (con clorpromacina) y agranulocitosis (con la sulpirida o la clorapina). A nivel periférico se pueden dar también hipotensión ortostática, alteraciones de la conducción cardíaca (por bloqueo adrenérgico), retención urinaria, estreñimiento, dificultad de la acomodación visual y sequedad bucal (por bloqueo colinérgico); las alteraciones periféricas son mñas frecuentes en acianos.
- Interacciones: potencian la efecto de fármacos y sustancias depresoras y reducen el efecto de las estimulantes.
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