ENTRADAS:

Farmacología de la motilidad intestinal

Los diferentes grupos farmacológicos que son capaces de actuar a nivel de la motilidad intestinal son:
  • Antieméticos: su acción es la inhibición del vómito. Dentro de ellos se diferencian:
    • Antagonistas D2: metoclopramida, domperidona, clorpromacina.
    • Antagonistas 5-HT-3: son antieméticos potentes con metabolización hepática y excreción renal. Entre ellos están ondansetrón, granisetrón, tropisetrón y palonosetrón.
    • Antihistamínicos H1: doxilamina, cinaricina y flunaricina. Se emplean para tratar el vómito de la cinetosis. La doxilamina presenta pocas RAM, por lo que se emplea también para controlar los vómitos del embarazo.
    • Corticoesteroides.
    • Cannabinoides.
    • Benzodiazepinas.
  • Procinéticos: estimulan y mejoran el tránsito gastrointestinal.
    • Benzamidas: cleboprida (antagonista 5-HT-4 con actividad anti-D2) y cisaprida (antagonista 5-HT-4).
    • Butirofenonas: antagonistas D2.
  • Laxantes: incrementan la motilidad intestinal. Existen varios tipos:
    • Formadores de bolo: aumentan el tamaño del bolo intestinal. Sus únicas RAM son flatulencias y borborigmos. Son polisacáridos como el salvado de trigo, el plantago ovata y la metilcelulosa (fibras que también se pueden administrar con la dieta).
    • Laxantes osmóticos salinos: aumentan la osmoralidad en la luz intestinal, reteniendo agua y aumentando el volumen de las heces. Son las sales de magnesio y de sodio.
    • Laxantes glucídicos: también son osmoles activos en la luz intestinal. Son la lactulosa, el lactitiol y soluciones de polietilenglicol.
    • Estimulantes por contacto: facilitan el peristaltismo. Están los derivados polifenólicos (bisacodilo, fenoftaleína, picosulfato sódico) y los derivados antraquinónicos (cáscara sagrada, aloe, aceite de ricino, sen). Estimulan la peristalsis e inhiben la absorción de agua y electrolitos.
    • Lubricantes y emolientes: son la glicerina (lubricante y osmótico), los docusatos (emulsionantes) y el aceite de parafina (lubricante). Lubrican y ablandan las heces.
  • Antidiarréicos: disminuyen la motilidad intestinal o reducen la absorción.
    • Opiáceos: reducen la motilidad gastrointestinal. El más usado con este fin es la loperamida. Inhibe la actividad de los plexos mientéricos, reduciendo la peristalsis, y aumentan el tono del esfínter anal.
    • Subsalicilato de bismuto: modifica el trasnporte electrolítico inhibiendo la síntesis de prostaglandinas y reduciendo las secreciones intestinales.
    • Racecadotril: profármaco de tiorfano. Bien tolerado y no actúa sobre el sistema nervioso central. No afecta a la motilidad intestinal, sino que reduce la secreción de agua y electrolitos estimulando la formación de péptidos opioides endógenos.
    • Absorbentes: carbón activo, colesteramina, caolín y pectina. Absorben bacterias y toxinas bacterianas.
    • Astringentes: tanino y derivados del mismo.
La metoclopramida también presenta cierto antagonisma por los receptores 5-HT-3 y en menor medida, por los 5-HT-4. Es un antiemético potente, y presenta también acción procinética. Incrementa el tono del esfínter esofágico inferior, reduce el del esfínter pilórico y aumenta la motilidad gástrica. Este fármaco se absorbe completamente por vía oral, presenta metabolización hepática y atraviesa bien las barreras biológicas. Entre sus RAM se pueden contar síndromes extrapiramidales, ansiedad, depresión, mareos, somnolencia e hiperprolactinemia. Su uso está indicado para el vómito (durante el embarazo, en postoperatoria, por migrañas...), el reflujo gastroesofágico y gastroparesias.

La domperidona también presenta una ligera acción procinética. Tiene menor potencia farmacológica que la metoclopramida y no atraviesa las barreras biológicas. Entre las RAM que puede producir está cefaleas e hiperprolactinemia. Se emplea para tratar el vómito de cualquier etiología y las gastroparesias.

La clorpromacina es un neuroláptico con acción anti-D2, además de antimuscarínicas y antihistamínicas. Tiene una potente acción antiemética y presenta RAM importantes como síndromes extrapiramidales, sedación y parkinsonismo farmacológico. Se utiliza para tratar el vómito inducido por quimioterpia y radioterapia y para controlar el hipo intratable.

Los antagonistas 5-HT-3 son bien tolerados en general, pero pueden dar RAM como cefaleas, mareos, vértigos, esteñimiento e hipertransaminaesmia. Se emplean par prevenir y tratar el vómito inducido por quimioterapia.

Los procinéticos se emplean para tratar reflujo gastroesofágico, gastroparesia, intestino irritable y pseudoobstrucción intestinal. La cisaprida no produce RAM a nivel del sistema nervioso central, pero puede provocar arritmias fuertes potencialemnte mortales.

Antes de la utilización de los fármacos laxantes se debe excluir si la situación de estreñimiento que se quiere tratar es casuada por alguna enfermedad o por algún fármaco. Sólo se administran cuando las pautas no farmacológicas para tratarlo no resultan eficaces. Los formadores de bolo absorben agua, aumentando su volumen y favoreciendo el tránsito intestinal, y están indicados cuando las heces son duras y pequeñas. Las sales de magnesio y de sodio son muy potentes y de acción rápida, se emplean para limpieza intestinal preoperatoria y para casos de intoxicación, pero pueden causar intoxicaciones, problemas cardíacos y deshidratación. Los laxantes glucídicos pueden generar náuseas, flatulencias y retortijones y su efecto es más lento que el de los osmóticos, aunque las soluciones de polietilenglicol son más rápidas que la lactulosa y el lactitiol. La lactulosa y el lactitiol reducen la absorción intestinal de amoníaco, estando indicadas en encefalopatías. Los estimulantes por contacto pueden desencadenar desequilibrios hidroelectrolíticos y hasta un íleo paralítico, los derivados polifenólicos pueden dar reacciones de hipersensibilidad y los derivados antraquinónicos pueden provocar nefritis a dosis elevadas. Los estimulantes de contacto son de acción rápida y se emplean para evacuar para la preparación de una cirugía o una prueba diagnóstica. La glicerina es de administración rectal y causa escozor e irritación locles, el aceite de parafina está contraindicado si hay riesgo de broncoaspiración y puede ocasionar malabsorción de las vitaminas A y D e irritación, los docusatos pueden provocar naúseas, calambres y hepatotoxicidad (incrementan la absorción de fármacos).

La loperamida puede provocar dolor abdominal difuso, estreñimiento, mareo, desorientación, distonías y en los niños también puede casuar sedación. En los niños se emplea el racecadotril. El subsalicilato de bismuto está indicado en la diarrea del viajero.

Descargar como PDF: https://skydrive.live.com/redir?resid=D4A936EA89BD75C5!2476&authkey=!AH9v-U9h0s_Xhrw

Farmacología de la secreción gástrica

En los fármacos que influyen sobre la secreción gástrica se encuentran varios grupos:
  • Inhibidores de la secreción ácida: a su vez existen dos tipos de fármacos que inhiben esta secreción:
    • Inhibidores de la bomba de protones: están el omeprazol, el lansoprazol, el pantoprazol, el rabeprazol y el esomeprazol. Su efecto es potente; actúan de manera selectiva sobre la bomba de protones de las células parietales, inhibiéndolas irreversiblemente. Se usa un recubrimiento entérico para evitar que sean degradados antes de llegar a la zona de mucosa diana. Se unen en un 90% a proteinas plasmáticas y pueden atravesar la barrera hematoencefálica y la placentaria y pueden pasar a la leche materna. Se metabolizan en gran medida en el hígado (salvo rabeprazol), se eliminan mayormente por vía renal, pero algunos se eliminan por vía biliar (como el panteprazol). Su uso está indicado en úceras gastroduodenales, reflujos gastroesofágicos, síndrome de Zollinger-Ellison, hemorragias digestivas altas (por vía intravenosa) y forman parte de la triple terapia erradicadora del helicobacter pylori.
    • Antihistamínicos H2: bloquean de forma reversible los receptores H2 de las células parietales. Son menos potentes que los inhibidores de la bomba de protones. Reducen la secreción de HCl basal y la estimulada por los alimentos. Su unión a proteinas plasmáticas es de un 30% y atraviesan las barreras biológicas. Están ranitidina, cimetidina, famotidina, nizatidina, roxatidina y ebrotidina. Cimetidina y ranitidina se pueden administrar por vía intravenosa. Se metabolizan en el hígado, salvo nizatidina y famotidina. Estos fármacos están indicados en las úceras gastroduodenales, reflujos gastroesofágicos y en la profilaxis de la úlceras por estrés, cuando no se pueden emplear inhibidores de la bomba de protones.
  • Erradicadores del helicobacter pylori: en la triple terapia para tratar las úlceras causadas por este bacilo, se usan como erradicadores del mismo la amoxicilina, la claritromicina, el metronidazol o una tetraciclina.
  • Neutralizantes de la secreción ácida o antiácidos: estos fármacos se usan como coadyuvantes de la terapia principal. Se administran en casos de reflujo gastroesofágico o de dispepsias sin ulceración. Se pueden dividir en dos grupos:
    • Antiácidos absorbibles: están el bicarbonato y el carbonato cálcico.
    • Antiácidos no absorbibles: hidróxido de aluminio e hidróxido de magnesio. Existen compuestos mayores que poseen moléculas de ambos hidróxidos, como el almagato y el magaldrato.
  • Protectores de la mucosa gástrica: entre los fármacos que realizan esta acción se encuentran:
    • Sales de bismuto coloidal: el principal es citrato de bismuto de ranitidina. Incrementa la síntesis de prostaglandinas (lo que estimula la formación de moco y bicarbonato), induciendo un efecto citoprotector. El fármaco se disocia en el interior del estómago en ranitidina y citrato de bismuto. Se excreta por vía renal.
    • Sucralfato: forma una película prtectora sobre las zonas ulceradas e inhibe la hidrólisis proteica por la pepsina. Promueve la cicatrización de las úlceras.
    • Misoprostol: análogo de la prostaglandina E1, reduciendo la secreción gástrica basal e inducible. Se usa como profiláctico de la aparición de úlceras en pacientes que toman AINEs de forma crónica. También tiene eficacia moderada como tratamiento de úlceras gastroduodenales.
En el tratamiento de la úlcersa pépticas, se busca primeramente aliviar el dolor del paciente, seguido de facilitar la cicatrización y evitar recidivas. Si la úlcera es causada por una infección de helicobacter pylori (principal causante), el tratamiento ha de ir encaminado a erradicarlo. Las estrategias terapéuticas tratan de promover factores protectores de la mucosa y reducir los factores agresores de la misma.

Los inhibidores de la bomba de protones inhibien el citocromo P450 (menos el omeprazol), provocando interacciones. También pueden causar síntomas inespecíficos como cefaleas, náuseas, diarreas, hipergastrinemia (en tratamientos prolongados), vértigos y somnolencia.

La ingesta de alimentos no afecta a la absorción de los antihistamínicos H2, pero su administración es mejor que se realice sin tomar alimentos posteriormente, pues esto aumenta su efecto. La toma de antiácidos reduce la absorción de antihistamínicos H2. Los antihistamínicos H2 pueden causar RAM inespecíficas como vértigos, náuseas, confusión alucinaciones o erupciones; en los tratamientos prolongados producen hipergastrinemia al retirarse. La cimetidina, además, causa hiperprolactinemia con galactorrea, ginecomastia y descenso de la libido, así como inhibición del citocromo P450. La raditidina y la cimetidina también reducen la secreción de los túbulos renales, por lo que su uso está contraindicado en algunas patologías renales.

Los antiácidos absorbibles suelen dar gran cantidad de reacciones adversas, entre las que se encuentran hipernatremia, alcalosis sistémica, alcalinización de la orina y distensión abodominal. De los antiácidos no absrobibles, el hidróxido de aluminio provoca estreñimiento y reduce la absorción de fósforo, mientras que el hidróxido de magnesio provoca diarrea. El almagato y el magaldrato tienen menor incidencia de estas RAM y de menor intensidad.

El citrato de bismuto puede provocar cefaléas y náuseas, además de teñir de negro la lengua y las heces; puede llegar a causar encefalopatía tóxica (a grandes dosis). El sucralfato puede provocar estreñimiento y dificultar la absorción de otros fármacos. El misoprostol es capaz de producir diarreas, uteroconstricción y calambres abdominales.

Descargar como PDF: https://skydrive.live.com/redir?resid=D4A936EA89BD75C5!2475&authkey=!ACY2xcctS6QNXH0

Antiparkinsonianos

Los antiparkinsonianos son fármacos que se utilizan en la enfermedad de parkinson y el parkinsonismo farmacológico.

Este grupo de fármacos comprende:
  • Fármacos que actúan sobre los receptores:
    • Agonistas dopaminérgicos D2: bromocriptina, lisurida, cabergolina, quinagolida, pramipexol, ropinirol (con gran afinidad también por los receptores D3) y apomorfina (con afinidad también por los receptores D3, D5 y en menor medida, D1).
    • Antagonistas muscarínicos de acción preferentemente central: trihexifenidil, biperideno, metixeno y prociclidina.
    • Benzodiazepinas: diazepam y tetrazepam, usados por su efecto miorrelajante.
    • Agonista gabaérgico: baclofeno.
  • Fármacos que incrementando los niveles de dopamina:
    • Fármaco que estimula la síntesis: Levodopa, que siempre debe ir asociada a un inhibidor de la dopadescarboxilasa. También está la duodopa.
    • Inhibidores de la dopadescarboxilasa: carbidopa y benserazida.
    • Inhibidores del metabolismo: seleginila (deprenilo, IMAO-B reversible selectivo) y entacapona (inhibidor reversible selectivo de la COMT).
    • Estimulantes de la liberación: amantadina.
La levodopa va perdiendo su eficacia con el tiempo. Se comienza administrando a dosis bajas y subiendo progresivamente, así como el inhibidor de las dopadescarboxilasa asociado. Los inhibidores de la dopadescarboxilasa no atraviesan la barrera hematoencefálica, actuando sólo de forma periférica. Incrementan las RAM a nivel central, pero las reducen a nivel periférico. A nivel central, el uso de esta asociación farmacológica reduce todos los síntomas del parkinson (lo primero es la acinesia, el temblor responde peor que el resto). Cuando la pérdida neuronal es excesiva, los incrementos de la dosis de tratamiento son ineficaces, y un 5% de los pacientes no responden a estos tratamientos. Como efectos colaterales, se produce un aumento de la GH y una disminución de la prolactina, un aumento de las propiedades propias cardíacas y una vasodilatación visceral. La levodopa se administra oralmente, sufre efecto de primer paso hepático y se elimina por orina, que adquiere un color rojizo.

Los agonistas dopaminérgicos activan los receptores D2, y en menor medida los D1 (muchos también actúan sobre otros receptores dopaminérgicos), mejorando principalmente la acinesia. No tienen efecto cuando la pérdida de neuronas dopaminérgicas es excesiva. Se utilizan en los estadios inciales del Parkinson. El ropinirol tiene una vida media corta e interactúa sobre el citocromo P450 (1A2). También se pueden emplear en otros cuadros clínicos como la galactorrea o el síndrome de las piernas inquietas.

Los antagonistas muscarínicos se emplean en la sprimeras fases del Parkinson y cuando el temblor es importante, así como en las reacciones extrapiramidales y el parkinsonismo farmacológico.

La amantadina es un antiviral que incrementa también la liberación de dopamina a la hendidura sináptica (efecto moderado y de corta duración).

La 3-oxi-metil-dopa es un metabolita activo de la levodopa, y es tóxico.

Las principales RAM del uso de levodopa asociada a carbidopa o benserazida son anorexia, náuseas, vómitos, ardores, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento, hemorragias gástricas, úlceras gastroduodenales (raras), hipotensión ortostática, arritmias, disquinesias orofaciales, movimientos coréicos y distonías de miembros.

La frecuencia de las RAM digestivas disminuye si el tratamiento se administra después de la comida. La frecuencia de las RAM neuromusculares disminuye con un aporte suplementario de vitamina B6, pero reduce el efecto de la levodopa. La intensidad de las RAM neuromusculares se incrementa con el tiempo.

Hay unas RAM que aparecen de forma tardía, que son movientos atetósicos, fenómenos de on-off (desaparición de los efectos farmacológicos de la levodopa, si se da, se retira 7 días y se repone el tratamiento), confusión, alucinaciones, despersonalización, insomnio, agitación y psicosis tóxica.

Descargar como PDF: https://skydrive.live.com/redir?resid=D4A936EA89BD75C5!2474&authkey=!AMl4G1JUN6kXDK4

Anticonvulsivantes

Los anticonvulsivantes son fármacos depresores selectivos del sistema nervioso utilizados para la profilaxis o tratamiento de estados convulsivos. El estado convulsivos más destacado es la epilepsia.
Según el mecanismo de acción de los anticonvulsivantes, diferenciamos:
  • Fármacos que actúan sobre los receptores del GABA: incrementan la neurotransmisión gabaérgica facilitando la unión del GABA a los receptores GABA-A, o activando dirctamente el receptor del GABA (agonistas gabaérgicos). Existen:
    • Barbitúricos: se emplean fenobarbital y primidona (profármaco que se metaboliza a fenobarbital y feniletilmalonamida).
    • Benzodiazepinas: se emplean diazepam, tetracepam, clonazepam, clobazam, y lorazepam.
    • Topiramato.
    • Agonistas gabaérgicos: gabapentina, baclofeno y pregabalina.
  • Fármacos que actúan a nivel del recambio del GABA: aumentan los niveles del GABA, que pueden actuar de dos formas:
    • Inhibidores de la GABA-transaminasa: valproato sódico (también inhibe la semialdehído-succínico-deshidrogenasa y estimula la glutámico descarboxilasa), vigabatrina y valpromida.
    • Inhibidor de la recaptación de GABA: tiagabina.
  • Fármacos que bloquean los canales iónicos: pueden actuar sobre dos tipos de canales:
    • Bloqueantes de los canales de sodio: fenitoína (difenilhidatoína), carbamazepina y oxcarbazepina.
    • Bloqueante de los canales de calcio: etosuximida, que también actúa como antagonista del glutamato.
  • Inhibidor de la liberación de glutamato: lamotrigina, que también bloquea canales de sodio.
  • Mecanismo desconocido: levetiracetam.
La etosuximida se emplea para tratar las crisis de ausencia en niños. Salvo la etosuximida, todos los anticolvulsivantes neutralizan las crisis convulsivas generalizadas. Las benzodiazepinas son las más eficaces en el tratamiento de las cirsis inducidas por agentes tóxicos convulsivantes. El diazepam se puede administrar vía rectal en las crisis convulsivantes febriles en niños.

Además del efecto anticonvulsivante, fenitoína actúa como antiarrítmico; el fenobarbital y las benzodiazepinas tienen efecto sedante; y presentan efecto analgésico la carbamazepina, la gabapentina, la pregabalina y la lamotrigina. La vigabatrina y el levetiracetam se uenen escasamente a proteinas plasmáticas. Los anticonvulsivantes se metabolizan a nivel hepático, pero la vigabatrina se metaboliza en menor proporción y se excreta parcialmente por la orina en forma activa. Algunos de estos fármacos inhiben el citocromo P450. La fenitína, la carbamazepina y el fenobarbital son inductores enzimáticos.

Los anticonvulsivantes tratan de conseguir tanto una menor frecuencia de aparición de las convulsiones como una menor intensidad de las mismas.  El tratamiento se mantiene durante 2-3 años sin que aparezcan convulsiones y cuando se retiran, se hace de forma progresiva. Diazepam y tetrazepam se administran sólo 2-3 días y 2 h antes de ir a dormir. En las crisis parciales se utilizan carbamazepina y levetiracetam; en las crisis generalizadas tónico-clónicas se emplean carbamazepina, fenobarbital, fenitoína o levetiracetam; en las crisis de ausencia infantiles se usa la etosuximida; en las crisis generalizadas mioclónicas y atónicas se usa el valproato sódico; el diazepam se emplea en las convulsiones febriles.

Durante la gestación, pese a tener un gran potencial teratógeno, se mantiene el tratamiento con anticonvulsivantes en la epilepsia, ya que esta es más perjudicial para el feto que el propio fármaco. Para minimizar posibles afectaciones fetales, se usa la mínima dosis eficaz, se utiliza un único fármaco, la madre debe ingerir cantidades mayores de vitamina K y ácido fólico o tomar suplementos de los mismos. Los suplementos de ácido fólico se administrarán también al neonato.

Las RAM de los anticonvulsivantes se pueden clasificar en:
  • Comunes: náuseas y vómitos (por fenobarbital y vigatrina mayormente); sedación, cansancio, falta de atención y somnolencia (principalmente por fenobarbital y vigatrina); ataxia cerebelosa, vértigos, alteraciones de la coordinación, nistagmo, diplopía y visión borrosa (por fenitoína, carbamazepina y lamotrigina); flebitis (fenitoína); déficit de vitaminas D, K y ácido fólico (por fenitoína y fenobarbital).
  • Específicos: hipertrofia ginginal por fenitoína y alteraciones hepáticas por valproato sódico.
  • Idiosincrásicos: en pacientes predispuestos pueden dar lesiones cutáneas alérgicas (por lamotrigina), síndrome lúpico (por fenitoína), trombocitopenia (valproato sódico) o crisis de profiria (fenobarbital).
  • Teratógenos: fenobarbital, diazepam y fenitoína causan labio leporino. Fenitoína también puede causar paladar hendido, cardiopatías congéticas e incluso síndrome fenitoínico fetal (hipertelonerismo, uñas hipoplásicas y retraso mental).
Las interacciones de estos fármacos entre ellos y con otros fármacos son complejas y numerosas.

Descargar como PDF: https://skydrive.live.com/redir?resid=D4A936EA89BD75C5!2473&authkey=!AL1f8kyajzIHqeE

Ansiolíticos e hipnóticos

Los anisolíticos, o tranquilizantes menores, son un conjunto de fármacos que se emplean para reducir los síntomas de las crisis de ansiedad. Los hipnóticos son un conjunto de fármacos que inducen la aparición de un sueño parecido al sueño fisiológico.

Entre estos fármacos, están:
  • Fármacos de efecto ansiolítico: es el propranolol, un antagonista b-catecolaminérgico y agonista parcial 5-HT-1A. Se emplea sólo en cuadros de ansiedad acompañados de síntomas vegetativos.
  • Fármacos de efecto hipnótico: dentro de este grupo hay dos tipos de fármacos:
    • Barbitúricos: fenobarbital (de vida larga, de 24 h) y tiopental sódico (de vida ultracorta, de 30 minutos).
    • Análogos benzodiazepínicos: zolpiden (de vida media corta, de unas 4-6 h) y zopiclona.
  • Fármacos de efecto ansiolítico e hipnótico: Están las benzodiazepinas, que según la vida media de este grupo de fármacos, se dividen a su vez en:
    • De vida media larga: su vida media es de 20-40 horas. Entre estas están diazepam, flurazepam, quazepam, medazepam, ketazolam, halazepam, clonazepam, clobazam, tetrazepam, clordiazepóxido y clorazepato dipotásico.
    • De vida media intermedia: tienen una vida de 5-20 horas. Están el bromazepam y el alprazolam.
    • De vida media corta y ultracorta: sólo tienen unas 2-5 horas de vida media. En este grupos están midazolam (de vida media ultracorta), triazolam, bentazepam, brotizolam, lormetazepam, lorazepam, loprazolam, oxazepam y clotiazepam.
  • Fármacos de efecto hipnótico con ligero efecto ansiolítico: su efecto hipnótico es menor que el de los barbitúricos, las benzodiazepinas y sus análogos y su efecto ansiolítico es muy escaso. Están la hidroxicina (un antihistamínico H1 de vida larga, unas 12 h), clometiazol, valeriana y espino blanco con pasionaria y sauce blanco.
Las benzodiazepinas tienen un gran efecto ansiolítico (a dosis bajas) e hipnótico (a dosis altas), con un alto índice terapéutico, escasa producción de dependencia, inducen un sueño muy similar al fisiológico y, a dosis tóxicas, se puede contrarrestar con flumazenil intravenoso, un antagonista benzodiazepínico competitivo que también se emplea para revertir los efectos de anestésicos, pero con una vida media de sólo 3 h (por esto se suele administrar en perfusión continua). Las benzodiazepinas se unen de forma inespecíficas a los receptores bezodiazepínicos, mientras que los análogos se unen selectivamente al receptor BZ1; ambos facilitan la unión del GABA al receptor GABA-A. Las benzodiazepinas tienen efecto miorrelajante (sobre todo tetrazepam y diazepam) y sedante a dosis altas y se pueden emplear como anticonvulsivantes; no producen analgesia.

Los barbitúricos causan una intensa sedación, que puede dejar directamente dormido al paciente, pero el fenobarbital tiene metabolitos activos que pueden prolongar su efecto hasta las 48 h. El tiopental se usa en preparados endovenosos en perfusión continua para inducir anestesia. Los barbitúricos tienen efecto sedantes e hipnóticos potentes, y también pueden emplearse como anticonvulsivantes.

El sueño inducido por las benzodiazepinas no es idéntico al fisiológico, ya que presenta mayor duración, menor número de interrupciones, menor duración de las fases profundas y mucha mayor duración de las fases superficiales.

Las benzodiazepinas se pueden emplear para tratar ansiedad, insomino y convulsiones. Todas tienen la misma potencia para provocar estos efectos, la elección de una dependerá de la circunstancias del paciente. Las bezodiazepinas son fármacos con una acción neurodepresora muy potentente. Al combinar benzodiazepinas con otros neurodepresores, el efecto se incrementa de forma potencial. El diazepam también presenta muchos metabolitos activos, lo que alarga su efecto farmacológico. El alprazolam se emplea para tratar trastornos de pánico. La vida ultracorta del midazolam hace que se use para como anestésico. El lorazepam se usa en ancianos para tratar la ansiedad. Para tratar el insomnio, se trata de hacer dormir al paciente únicamente durante las horas de sueño nocturno. La administración de las benzodiazepinas se hace de forma titulada. El tetrazepam y el diazepam se puede emplear para controlar las RAM de los antipsicóticos y espamos musculares secundarios a traumatismos e inflamaciones. Diazepam, lorazepam y alprazolam causan amnesia anterógrada, por lo que se emplean en preanestesia.

Las benzodiazepinas deben administrarse 2 h antes de que el paciente que las tome se vaya a dormir, ya que su máximo efecto sedante es a las 2-3 h. En pacientes con deterioro de la función hepática y la función renal, se reducirá la dosis administrada de benzodiazepina y se escogerá una de vida media corta.

Las benzodiazepinas suelen administrase oralmente, pero el diazepam se puede administrar vía rectal en niños con colvusiones febriles y existen preparados de diacepam y midazolam. El diazepam se absorbe lentamente por vía intramuscular. Los barbitúricos se administran por vía oral, pero hay preparados parenterales de tiopental sódico.

Entre las RAM que pueden causar los ansiolíticos e hipnóticos, las benzodiazepinas y los barbitúricos pueden provocar confusión, ataxia, disartria y desorientación. Las benzodiazepinas pueden dar toxicidad aguda (se controla con el flumazenil), somnolencia y sedación (por efecto residual, mayor en las de vida larga), tolerancia y dependencia en tratamientos prolongados, insomnio de rebote en una supresión brusca, amnesia anterógrada, hipotensión, depresión respiratoria, teratogenicidad (diacepam), anestesia emotiva, reacciones dérmicas, reacciones hematológicas, reacciones hepáticas e incluso conducta agresiva (infrecuente). Los barbitúricos pueden inducir abolición de reflejos, depresión respiratoria, colapso cardiovascilar, midriasis, discrasias sanguíneas, hipersensibilidad, alteraciones digestivas inespecíficas y coma. Las RAM de los barbitúricos se potencian si se suman efectos de otros depresores (en especial alcohol). Los barbitúricos también pueden generar dependencia y síndroem de abstinencia.

Descargar como PDF: https://skydrive.live.com/redir?resid=D4A936EA89BD75C5!2472&authkey=!AK7t2t_OpWSS66s